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La biología nos hace sentir libres; tiene un lenguaje universal

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La Jornada
9 de septiembre de 2014
Emir Olivares Alonso

Bachilleres de 11 países participan en la olimpiada de esa área, que se realiza en la UNAM

Ser un semillero incubador y plataforma de crecimiento de las mujeres y hombres en la ciencia del mañana, uno de los compromisos del concurso, afirmó Rosaura Ruiz, directora de la FC

Con el deseo de colocarse entre los primeros lugares de la octava Olimpiada Iberoamericana de Biología (OIB) y llevar una medalla a sus naciones, 41 bachilleres de 11 países competirán durante toda esta semana en ese certamen.

En la inauguración de la justa, efectuada en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), algunos de los competidores detallaron la emoción de ser partícipes y las ganas de destacar.

La OIB es una competencia anual que en esta edición contará con la asistencia más alta de su historia; son 11 países participantes: Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, México, Perú y Portugal, además de que se incorporó un equipo de Guatemala como observador.

Durante el certamen, que concluirá el 12 de septiembre, los competidores presentarán exámenes teóricos y prácticos. El programa incluye además actividades culturales y de entretenimiento para los estudiantes, quienes podrán conocer sitios emblemáticos de la ciudad de México y visitar la zona arqueológica de Teotihuacán, las grutas de Cacahuamilpa y los museos Nacional de Antropología e Historia y de las Ciencias Universum.

Gusto por el estudio

Ana Evangelista, Katherine Valencia, Pablo Herrera y Fernando Cornejo integran la representación mexicana. Confiaron en que subirán al podio, sobre todo por su gusto por el estudio de esta ciencia.

Ganadores de la olimpiada nacional, lo que les dio la posibilidad de ser parte del equipo de México para este certamen, los jóvenes destacaron en entrevista la diversidad de miradas y culturas entre los competidores de la justa.

Es emocionante conocer a chicos de otros países. Aunque la mayoría compartimos el idioma, a la vez tenemos visiones distintas. Hay mucha diversidad y eso nos motiva a aprender de ellos. Si bien es una competencia, al final queremos muchos amigos, señalaron los mexicanos.

Gracias al apoyo de expertos y de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) –organizadora de esta edición de la OIB–, los jóvenes fueron capacitados por más de dos semanas a fin de lograr un destacado papel.

Procedentes de Sonora, Nuevo León y Veracruz, los representantes nacionales mostraron interés por estudiar una licenciatura relacionada con las ciencias, como medicina o biología.

Los cubanos Héctor Granela, Daniel Ramírez, Jesús Ayala y Nemry Rodríguez agradecieron el apoyo brindado por el gobierno de su país para llegar a esta justa: En Cuba siempre hay gran interés por la parte educativa, por eso entregaremos nuestro mayor esfuerzo.

Capacitados en el Centro Nacional de Entrenamiento de La Habana, los cuatro representantes de Cuba informaron que fueron cuatro intensos meses –divididos en dos periodos– de preparación para esta olimpiada. Prácticamente estuvimos internados en la escuela.

Dos de ellos a punto de ingresar a la universidad, y otros dos a un año de concluir el nivel medio superior, mostraron interés por las disciplinas ligadas a las ciencias, por lo que en breve definirán si escogen estudiar biología, bioquímica o neurología.

Orgullosos de ser el equipo que regresó a su país a esta justa, pues desde 2010 no había representación cubana en la OIB, se comprometieron a dar lo mejor, porque pretendemos un metal para nuestro país.

La delegación de Brasil, representada por Ana Rocha, Leticia de Souza, Gabriel Guedes y Mario Anderson, dijo sentirse acogida en México. Respecto de la diferencia en el idioma, apuntaron que la biología tiene un lenguaje universal: el estudio de la vida.

Enfocados a dedicarse el resto de sus vidas a la ciencia, destacaron su deseo de estudiar medicina o biología.

Desinhibidos, los cuatro jóvenes brasileños fueron los primeros que, al concluir la ceremonia de inauguración –que incluyó la participación del coro de la FC–, corrieron hasta el escenario para tomarse la foto. Ataviados con coloridas casacas y sombreros estampados con banderas de su nación, destacaron entre el resto de los seleccionados.

Los ecuatorianos fueron más discretos, pero orgullosos portaban su bandera nacional en la espalda. Alexia Pérez, Domenica Piana, Paulo León y Tommy Lin explicaron que luego de obtener el primer lugar en la olimpiada nacional de Ecuador fueron seleccionados para representar a su país en la fase internacional.

Estamos muy alegres y emocionados. Nos encanta la biología porque nos sentimos libres, es como estudiar la vida misma y puedes ayudar a un millón con ella. Por eso, participar en esta olimpiada es ya un premio para nosotros. Medicina, genética, biotecnología son algunas de las opciones que barajan en sus mentes para cuando corresponda dar el paso a la licenciatura.

Conocimiento de frontera

Al inaugurar la OIB, Rosaura Ruiz, directora de la FC, destacó la importancia de estos certámenes para motivar a los jóvenes a encaminarse hacia las disciplinas científicas. Uno de los compromisos de este concurso es también con el futuro, para ser un semillero incubador y plataforma de crecimiento de las mujeres y hombres en la ciencia del mañana. Un encuentro en el que se foguean y se reconoce a las y los futuros docentes e investigadores que tanto requieren nuestras sociedades. Se trata de una fiesta multicultural en la que la lengua es la ciencia y las monedas de cambio el conocimiento y la fraternidad.

Por su parte, William Lee, secretario del consejo directivo de la AMC, quien acudió al acto en representación del presidente de ese organismo, Jaime Urrutia, destacó la importancia de esta ciencia: El siglo XXI es el siglo de la biología. Gracias al conocimiento de frontera generado por la biología molecular, la ingeniería bioquímica, la microbiología, la genómica, la proteómica y la biotecnología moderna, entre otras, estamos en posibilidades de utilizar todo ese conocimiento de manera responsable e inteligente para resolver diversas problemáticas locales y globales, de manera respetuosa con la naturaleza, preservando y recuperando la biodiversidad y, al mismo tiempo satisfaciendo muchas de las necesidades del ser humano.

http://bit.ly/1COa1nh

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