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Los niños y jóvenes aprenden ciencia haciendo ciencia

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/015/19
Ciudad de México, 23 de enero de 2019

  • En la actualidad existe un consenso internacional entre los educadores en esta área que indica que es indispensable incluir la experimentación como parte de la enseñanza de las ciencias.
  • Enseñar haciendo permite cambiar la idea que los niños y jóvenes tienen de la ciencia y de los científicos, sostiene el investigador chileno Jorge E. Allende Rivera.
El doctor Jorge E. Allende Rivera, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias, asegura que la ciencia enseñada sin experimentación se convierte en un aburrido aprendizaje de nombres y fórmulas, lo que desincentiva a los jóvenes a estudiar ciencias.
El doctor Jorge E. Allende Rivera, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias, asegura que la ciencia enseñada sin experimentación se convierte en un aburrido aprendizaje de nombres y fórmulas, lo que desincentiva a los jóvenes a estudiar ciencias.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Para que la ciencia surja con fuerza y pueda desarrollarse es necesario que cada país ofrezca a sus ciudadanos una mejor calidad de vida compatible con su desarrollo cultural y socioeconómico, y esto “se consigue si enseñamos a nuestros niños y jóvenes la belleza que se encuentra en el conocimiento de la naturaleza y en el descubrimiento de los mecanismos y leyes que rigen el comportamiento de los fenómenos naturales”, resaltó Jorge E. Allende Rivera, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

El profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile agregó que es fundamental que, como parte de la educación que se ofrece a este grupo de la población, se alimente su curiosidad para que se atrevan a generar preguntas que puedan ser contestadas a través de un riguroso análisis de los resultados de diferentes experimentos.

“En otras palabras, lo esencial de la ciencia se aprende haciendo ciencia. Hoy existe un consenso internacional entre los educadores en esta área que indica que es indispensable incluir la experimentación como parte de la enseñanza de las ciencias”, subrayó el bioquímico de formación.

En este sentido, el concepto de educación en ciencias basada en la indagación busca que los niños aprendan los principios básicos de la ciencia pensando y trabajando según el orden de ideas y las prácticas utilizadas por los investigadores en sus laboratorios, porque la ciencia enseñada sin experimentación se convierte en un aburrido aprendizaje de nombres y fórmulas, lo que desincentiva a los jóvenes a estudiar ciencias, señaló.

Así, enseñar haciendo también permite cambiar la idea que los niños y jóvenes tienen de la ciencia y de los científicos. Allende Rivera recordó un estudio que realizó el también bioquímico brasileño ya fallecido Leopoldo de Meis, a través del cual pidió a niños de entre 10 y 12 años dibujaran a un científico y lo que pudo observar del ejercicio fue que más del 90% de las ilustraciones mostraron a un hombre, muy pocos a una mujer científica.

Pero más preocupante fue la manera en cómo estaban representados los científicos, pues la mayoría eran hombres viejos y solitarios. “La ciencia verdadera se hace en grupos, especialmente las ciencias experimentales la realizan grupos de científicos establecidos rodeados de numerosos jóvenes en diferentes niveles incluyendo estudiantes de pregrado universitario y estudiantes de maestría y doctorado, y ahora también con investigadores postdoctorales”.

Con el fin cambiar la imagen que los niños y jóvenes tienen de la ciencia, Allende Rivera buscó la manera de que en Chile se introdujera el concepto de educación en ciencias basada en la indagación y, desde la Red Latinoamericana de Ciencias Biológicas (Relab), se inició el Proyecto de laboratorios portátiles para enseñar biología molecular en la educación secundaria, para que los niños aprendieran los principios básicos de la ciencia haciendo ciencia.

“Este proyecto surgió porque de acuerdo con nuestra experiencia, los estudiantes de secundaria en la mayoría de los países latinoamericanos no tienen la oportunidad de aprender ciencias biológicas del siglo XXI a través de la realización de experimentos propios de la ciencia actual”, destacó el fundador del programa de laboratorios portátiles en Chile.

La excusa para este déficit es que resulta muy costoso comprar los instrumentos científicos sofisticados para que los usen los estudiantes de ese nivel, dijo el investigador. Sin embargo, mencionó que su proyecto ha demostrado que mediante el uso de laboratorios y experimentos bien elegidos es posible que los estudiantes de los últimos años de secundaria puedan aprender conceptos fundamentales de las ciencias biológicas haciendo experimentos del siglo XXI y con un costo menor que si se les entregarán libros de texto de biología actualizados.

Un proyecto con apoyo de científicos mexicanos
El doctor Allende Rivera informó en entrevista con la AMC que este proyecto ha contado con el apoyo de científicos mexicanos. “En una reunión en 2011 en la Ciudad de México con los doctores Ana Victoria Lizano y Gabriel Macaya, de la Universidad de Costa Rica, y Alicia González Manjarrez y Claudia Segal, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, se definieron cuatro conceptos fundamentales de la biología molecular, tema del primer módulo del proyecto, y un conjunto de prácticas de laboratorio”.

Posteriormente Segal viajó a Chile en 2015 para participar en el Taller latinoamericano de proteínas y enzimas en el que se determinaron los conceptos fundamentales del módulo con este mismo tema. Al año siguiente, Gloria Soberón, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, intervino en el Taller latinoamericano de la microbiología del siglo XXI, en el que definieron los contenidos de un módulo más. “En todos estos casos el aporte de los científicos mexicanos fue fundamental para lograr el éxito de los módulos generados en esos talleres”.

De acuerdo con el científico chileno, el Proyecto de laboratorios portátiles para enseñar biología molecular en la educación secundaria ha conseguido que en su país varios miles de alumnos de secundaria aprendieran a amplificar su propio material genético usando la reacción en cadena de la polimerasa. Otros estudiantes han podido generar bacterias transgénicas, lo que les ha servido para entender que el idioma genético es universal y que un gen original de una medusa de mar puede ser expresado en una bacteria.

También han visto que es posible estudiar el proceso evolutivo de los seres vivos mediante la bioinformática, esto al comparar las secuencias de los genes que cumplen funciones similares en diversas especies, desde las levaduras hasta el Homo sapiens; entre otros temas, indicó el especialista en biología molecular, quien el pasado viernes 18 de enero ingresó como miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias.

Noemí Rodríguez González.

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