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La Crónica de Hoy
13 de marzo de 2013
Mayra de la Torre

Opinión

Es común felicitar a las mujeres por el día internacional de la mujer, pero este día no es como un cumpleaños, es un día para recordar que las mujeres hemos recorrido —y seguimos recorriendo— un largo y tortuoso camino para dejar de ser objetos de cabellos largos e ideas cortas; poder votar; para tener derecho a estudiar; para no ser propiedad de otro ser humano; para vivir una vida plena de acuerdo a nuestras decisiones.

Recordemos que el 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles salió a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban y distintos movimientos se sucedieron —tanto en los Estados Unidos de Norteamérica como en Europa— a partir de esa fecha. Un 8 de marzo varias mujeres y hombres murieron en San Petersburgo por protestar por la carencia de pan. El 5 de marzo de 1908 en Nueva York, un grupo de mujeres reclamaba la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas y un tiempo para poder amamantar a sus hijos; en respuesta más de un centenar de ellas murieron quemadas en una fábrica de Sirtwoot Cotton, en un incendio que se atribuyó al dueño de la fábrica. Es decir, el día internacional de la mujer reivindica la lucha de la mujer por la equidad. Desde 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague, más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

El 8 de marzo es un punto de convergencia de las actividades en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política, social, científica, tecnológica y económica, entre otros. Cada año se lanza una iniciativa mundial para lograrlo; en 2011 fue “La igualdad de acceso a la educación, la capacitación y la ciencia y la tecnología: el camino hacia el trabajo decente para la mujer”; en 2012 “Habilitar a la mujer campesina-Acabar con el hambre y la pobreza” y en 2013 “Las Mujeres hacen las noticias”. Mientras que el tema de la ONU para el Día Internacional de la Mujer, 2013 es “Una promesa es una promesa: momento de pasar a la acción para acabar con la violencia contra las mujeres”. En México, estás iniciativas siguen siendo actuales, motivo de luchas cotidianas. Recordemos que casi 40% de los jefes de familia en nuestro país son mujeres.

¿Qué pasa en la ciencia? Históricamente la ciencia se ha mantenido bajo el dominio masculino, dejando fuera a las mujeres, perdiendo así no sólo la mitad del talento de la raza humana con su potencial y entusiasmo por los descubrimientos, sino que se ha corrido el riesgo de perder una nueva visión y comprensión de la naturaleza. Claro que nuestro universo es el mismo para todos, pero las mujeres aportamos una nueva perspectiva al mundo de la ciencia. Cuando tenemos éxito, se enriquece la comprensión humana de la realidad. Por fortuna, las cosas han cambiado gracias a la democratización social y a la mayor atención que se le ha dado a las desigualdades de género (Michael Clegg).

Hay que reconocer que en nuestro país —por lo menos en las ciudades— ha habido un cambio impresionante en cuanto al acceso de las jóvenes a la educación superior y la inscripción tanto a nivel licenciatura como a posgrado alcanza cifras cercanas a 50%. Inclusive, en 2009 en América Latina y el Caribe el porcentaje de científicas superaba la media mundial y se aproximaba a 50%. Empero, ahora lo que se persigue es la participación activa de las científicas y de los científicos en la toma de decisiones al más alto nivel. ¿Y aquí como andamos en este aspecto? Hemos evolucionado en la Academia Mexicana de Ciencias, ya que la doctora Rosaura Ruiz fue Presidenta y el año próximo la doctora Blanca Jiménez lo será. Las científicas mexicanas ganamos muchos premios a nivel nacional e internacional, trabajamos con las comunidades incluyendo comunidades étnicas, estamos en las comisiones evaluadoras del Conacyt y del Sistema Nacional de Investigadores, pero nuestra participación en la toma de decisiones al máximo nivel sigue siendo pobre. ¿Por qué?

Quiero añadir que queremos participar, no para cubrir cuotas de 50%, sino por nuestras capacidades, preparación y visión. Así que como ha pasado últimamente las mujeres de los distintos ámbitos formaremos alianzas y seguiremos trabajando por la equidad en el sentido más amplio. Aún estamos muy atrasados en México, comparados con otros países, en la participación dentro las universidades de las jóvenes de grupos étnicos y ellas son objeto de muchas vejaciones. Aunque por lo menos creo que la frase: “Hay mujeres bonitas, mujeres feas y las que estudian ingeniería” ya perdió actualidad. Así como aquélla de “estudio M en C” (mientras me caso).

Esperamos, por lo menos en 2014, las científicas de todo el mundo hagamos noticia en México, ya que se celebrará por primera vez en la historia, en el continente americano, el Congreso Internacional de la Organización de Científicas de los Países en Desarrollo (OWSD por las siglas en inglés) y Cuernavaca, Morelos será la sede. El tema: “Científicas en una cruzada por la sustentabilidad”

La OWSD es la organización más grande a nivel mundial de científicas de países en desarrollo, cuenta con aproximadamente 6,000 integrantes y recientemente se acordó hacerla extensiva a y científicas y científicos de países desarrollados. Este foro unifica a las científicas de los países en desarrollo para promover su liderazgo, su participación en el proceso de toma de decisiones y en el desarrollo sustentable; aunque sea un pleonasmo en el desarrollo equitativo. Buscamos que la ciencia, la tecnología y la innovación sean para el bienestar de la gente respetando sus culturas y decisiones.

Si en las olimpiadas pasadas tuvieron un gran impacto por el hecho de que cada delegación hubiera al menos una mujer ¿se imaginan lo que será tener mujeres científicas de países africanos, árabes, asiáticos y toda Latinoamérica y el Caribe explicándonos qué hacen en sus países, cuáles son los temas cruciales y darnos cuenta de que compartimos muchos problemas y necesidades. ¿Imaginan lo que sería para nuestros niños y jóvenes tener la oportunidad de platicar con ellas, saber que no solo Madame Curie fue científica, sino que actualmente hay científicas de todos los colores, en todos los países, inclusive en México? ¿O simplemente que pasaría si al ver telenovelas se enterara la sociedad mexicana que en México hay científicas, ingenieras, tecnólogas, innovadoras que son líderes en su tema a nivel mundial, que cubren de gloria nuestro país, cuyas fotos están en el metro de París y que en México simplemente son ignoradas y totalmente desconocidas? ¿Serán capaces los medios de comunicación de tomar el reto, de lograr que la ciencia tenga tanto auditorio como las telenovelas y las noticias amarillistas y las morbosas? A ellos que son los expertos en mercadotecnia y publicidad, en construir figuras e ídolos. ¿Sería mucho pedir que informen a los ciudadanos que en nuestro país hay ciencia mexicana y mujeres y jóvenes científicas que nunca se dan por vencidas; niñas y adolescentes que quieren ser científicas y trabajar hombro con hombro con jóvenes científicos? ¿Sería mucho pedir que le den difusión al congreso y entrevisten a nuestras visitantes en septiembre 2014?

Quizás será un sueño que no vea realizado, pero quizás algún día se realice: que todo niña o joven que tenga capacidad y ganas de ser científico/a en México, lo logre. Que tengamos un/una Premio Nobel que lo obtuvo por su trabajo hecho en México.

* Investigadora de fisiología celular y bioprocesos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo e integrante del Consejo Consultivo de Ciencias

consejo_consultivo_de_ciencias@ccc.gob.mx

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