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La Crónica de Hoy
28 de abril de 2011
Isaac Torres Cruz

Academia

La cuenta regresiva comenzó para jubilar a un transbordador espacial más. Toca el turno al Endeavour, si es que el próximo viernes nada lo retrasa para que lleve a cabo su última tarea en la Estación Espacial Internacional (EEI). Con un 80 por ciento de posibilidades se esperan pocos contratiempos.

La tripulación de la STS-134 está lista. “Es estupendo estar aquí. Mi tripulación y yo estamos preparados para formar parte de esta misión”, aseguró el comandante Mark Kelly —cuya esposa, la congresista Gabrielle Giffords, podrá asistir, después de ser herida en un tiroteo en meses pasados—, desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida.

Éste será el viaje número 36 de un transbordador estadunidense a la Estación Espacial Internacional (EEI) y la misión número 25 del transbordador.

El Endeavour es el más joven de la flota de cinco transbordadores que ha empleado la NASA para sus vuelos tripulados durante tres décadas. Entró como sustituto del Challenger, que se destruyó en un fatal accidente en 1986, en el que murieron sus siete tripulantes.

La nave partirá en una misión de 14 días en la que llevará el Espectrómetro Magnético Alpha-2 (AMS-2, por sus siglas en inglés), proyecto en el que han participado 16 países, alrededor de 50 instituciones y más de 600 científicos, entre ellos investigadores del Instituto de Física de la UNAM (IFUNAM).

ALPHA-2. Al igual que el Discovery llevó un regalo especial a la EEI en su último viaje, el Robonauta-2, el Endeavour lleva consigo una máquina para hacer física muy importante.

Una vez instalado en la EEI, el AMS-2 tendrá grosso modo la labor de buscar galaxias de antimateria, contribuir en el entendimiento de la misteriosa materia oscura y la búsqueda de otras rarezas que sólo han sido descritas de manera teórica.

A través de la detección de rayos cósmicos de ultra-alta energía, provenientes de todo el cosmos, el AMS se convertirá en un detector de partículas multiuso que permita realizar estas exploraciones.

“Por primera vez, el AMS medirá los rayos cósmicos de muy alta energía con gran precisión”, señaló hace algunos meses Samuel Ting, profesor del Tecnológico de Massachusetts y Premio Nobel de Física 1976, que ha guiado el desarrollo del complejo desde 1995.

Pero ésta es una tecnología multinstitucional, a la cual se sumaron científicos de la Universidad mediante el vínculo establecido por Arturo Menchaca, investigador del IFUNAM y actual presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

El físico explicó que un espectrómetro magnético es un imán con el que se pueden detectar rayos cósmicos –partículas que proceden del espacio exterior con una energía muy elevada– y distinguir entre ellos a los núcleos de los antinúcleos.

“Hasta ahora la búsqueda de antimateria cósmica, a través de su aniquilación con la materia, no ha dado evidencia de la abundancia esperada, si el Universo fuese simétrico (igual cantidad de materia que de antimateria)”, agregó.

La información que registre se concentrará en una gran base de datos en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN, por sus siglas en inglés), abundó, y los diferentes equipos de científicos elaborarán programas de análisis para acceder a los archivos según su línea de investigación.

Cherenkov. La participación específica del grupo mexicano en el AMS-2 es en la creación del “Ring Imaging CHerenkov (RICH) detector” que sirve para dos cosas: medir la velocidad de las partículas y su carga eléctrica. Cherenkov fue un científico ruso que descubrió qué partículas de muy alta energía, al atravesar materiales transparentes (llamados “radiadores”), producen anillos luminosos centrados en su trayectoria.

“En el AMS-02 el radiador es un gel de sílica transparente (llamado aerogel), que fue caracterizado ópticamente en el IFUNAM. Ese instituto también aportó al AMS-02 instrumentos foto-sensibles”.

Una vez instalado, el AMS permanecerá a bordo de la EEI enviando información a la Tierra por telemetría. Se trata de señales digitalizadas emitidas por alguna de sus 70 mil unidades de detección. Estos datos serán analizados de manera exclusiva por los diferentes grupos que forman la colaboración, incluyendo a los investigadores del IFUNAM, único grupo latinoamericano en formar parte de AMS.