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Scientika
6 de diciembre de 2011

Fuente: Academia Mexicana de Ciencias

El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Arturo Menchaca Rocha, en su carácter de anfitrión de la ceremonia de clausura de los festejos, en México, del Año internacional de la Química, destacó la importancia de esta ciencia en nuestro país y las aportaciones que México ha dado a la ciencia mundial en esta rama del conocimiento.

En una ceremonia realizada en el Auditorio Galileo Galilei de la AMC, dijo que en primer término se encuentra el descubrimiento del elemento 23, realizado por Andrés Manuel del Río a principios del siglo XIX, logro que pasó desapercibido en su época, pero que gracias a la labor de un físico: Manuel Sandoval Vallarta, hoy se reconoce a nivel mundial.

El segundo descubrimiento –agregó–, se dio con la síntesis por Luis Miramontes de la noretisterona, compuesto activo que fue base de la primera píldora anticonceptiva, y que marcó el inicio de la liberación femenina, la revolución social más importante del Siglo XX.

La tercera aportación mexicana a la ciencia mundial –añadió-, fue hecha por Mario Molina, al descubrir que los gases clorofluorocarbonados representan una amenaza para la capa de ozono de la atmósfera terrestre. En reconocimiento por este descubrimiento el Dr. Molina es el primero, y hasta ahora, único científico mexicano en recibir el Premio Nobel, dijo.

Ante el mismo Mario Molina, Francisco Bolívar Zapata, Premio Príncipe de Asturias 1991 y ex presidente de la AMC, y Eusebio Juarísti, Profesor Emérito del CINVESTAV, Menchaca Rocha sostuvo que la propia AMC debe mucho a sus miembros provenientes de esta rama de la ciencia y recordó que su primer presidente, en 1959, fue el químico Alberto Sandoval Landázuri y que de los 54 miembros fundadores, 9 fueron químicos.

La ceremonia de clausura del Año Internacional de la Química 2011 consistió en el Coloquio “Fronteras de la Química” al que asistieron el Dr. José Luis Mateos Gómez, fundador y Presidente de la AMC en 1972, quién hoy es el decano de los Presidentes de la Academia y Jorge Vázquez Ramos, Director de la Facultad de Química de la UNAM, entre otros.

En su intervención Menchaca Rocha aseguró que llevaría mucho tiempo enumerar los logros de las y los químicos mexicanos que han aportado de manera importante al conocimiento mundial y felicitó a todos los investigadores y profesionales de esta ciencia, así como a las instituciones de educación superior y centros de investigación que desarrollan esta disciplina.

Desde sus orígenes mágicos hasta el desarrollo de la química moderna como una ciencia interdisciplinaria, la química nos permite entender la transformación de la materia a partir de principios fundamentales de la naturaleza. No en vano siempre se escucha que la vida es química, el universo es química y todo lo que nos rodea es química, sostuvo.

Francisco Bolívar Zapata, primer expositor en el coloquio, presentó la ponencia “Biotecnología Moderna: Oportunidades y retos con el manejo responsable de los organismos genéticamente modificados” y sostuvo que con la aplicación de estos organismos se busca hacer un uso responsable y sustentable de la biodiversidad, mediante el desarrollo de tecnología eficaz, limpia y competitiva, para facilitar la solución de problemas importantes en los sectores de la salud, el agropecuario, el industrial y medio ambiente.

Recordó que los transgénicos han sido utilizados comercialmente desde hace casi 30 años con el propósito de construir organismos que producen proteínas idénticas a las humanas.

Precisó que en la actualidad existen en las farmacias, incluyendo las de México, medicamentos de origen transgénico o recombinante como la insulina, interferones y anticoagulantes de la sangre, que se utilizan para contender con varias problemáticas de la salud humana y que se producen comercialmente con microorganismos transgénicos.

Sostuvo que la biotecnología y los OGM´s usados responsablemente representan una oportunidad y una herramienta muy poderosa para dar valor agregado a los productos de la biodiversidad mexicana, que es una de nuestras mayores riquezas, y para coadyuvar a resolver problemas globales y nacionales extraordinarios a los que nos enfrentamos en este siglo.

Por su parte. Eusebio Juaristi, habló de la química verde y señaló que esta se refiere al diseño de productos y procesos químicos que reducen o eliminan la producción y el uso de sustancias peligrosas para el medio ambiente o la salud humana.

Destacó que algunos de los objetivos de la química verde son, entre otros, prevenir la creación de residuos, maximizar la economía atómica, diseñar síntesis químicas menos peligrosas, así como productos y compuestos seguros, además de reducir el uso de sustancias auxiliares y disminuir el consumo energético.

En el marco de dicho coloquio, el premio Nobel Mario Molina, presentó la ponencia “La Química, el cambio climático y el ozono estratosférico” y se refirió a las acciones necesarias para enfrentar el cambio climático entre las que se encuentran establecer un precio a las emisiones de carbono para que el mercado pueda trabajar en encontrar las reducciones más baratas, a través de un nuevo acuerdo internacional para el periodo post-Kyoto.

En estas mismas acciones, agregó, se encuentran el incrementar la inversión en investigación, desarrollo y demostración de tecnologías en energía, así como expandir la cooperación internacional para la implementación de tecnologías en energía avanzadas en países en desarrollo.

Acelerar las medidas es “ganar-ganar”, dijo.