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Primer acercamiento a la historia económica

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El Financiero
31 de enero de 2012
Juan José Flores Nava

En México: de la Colonia hasta nuestros días

Hace 10 días concluyó el Congreso Ciencia y Humanismo, que organiza la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Y uno de los puntos en el que coincidieron los asistentes fue la necesidad de superar la separación entre las ciencias y las humanidades. “El olvido de valores humanistas ha hecho que la ciencia y la tecnología contribuyan al deterioro ambiental, a la pérdida de dignidad humana, a la iniquidad y pobreza, y a la disminución de la participación ciudadana en las democracias contemporáneas”, dijo —previo al encuentro— Ambrosio Velasco Gómez, coordinador de la sección de Humanidades de la amc. Una prueba dura de lo que pueden ofrecerse ciencias y humanidades cuando actúan juntas es el voluminoso y profundo estudio Historia económica general de México I De la Colonia hasta nuestros días.

Coordinado por Sandra Kuntz Ficker —y editado por El Colegio de México y la Secretaría de Economía—, el libro es un trabajo en el que colaboran 28 investigadores: historiadores, historiadores económicos y economistas, entre ellos algunos integrantes de la AMC en las secciones de Humanidades y Ciencias Sociales.

Historia económica general de México es el primer intento propiamente dicho por ofrecer una historia económica integral del país —no una suma de artículos, tampoco una visión unipersonal y acrítica—, desde la conquista hasta la actualidad. Dividido en cuatro partes, en sus casi 850 páginas el volumen abarca —según los editores— las dimensiones fundamentales de la historia económica de México, para analizarlas a la luz de herramientas teóricas y metodológicas rigurosas.

A pesar de que pudiera esperarse en este volumen una cronología que hallara como hitos la Independencia y la Revolución, la línea del tiempo que se sigue está dividida en cuatro periodos: el primero abarca buena parte de la época colonial, desde la conquista hasta mediados del siglo xvill; un segundo periodo que va alrededor de 1760 a 1856, comprendiendo desde las reformas borbónicas hasta la víspera de las reformas liberales; un tercer periodo que arranca con éstas y concluye con la gran crisis internacional de 1929; y un último periodo que se ocupa del siglo XX “dilatado”, que arranca en 1929 y desemboca en el comienzo del tercer milenio.

Si hay algo que caracteriza a la publicación, dice Sandra Kuntz Ficker —investigadora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México—, es el lenguaje llano, claro y al alcance de lectores no especializados o profesionales.

—Doctora, algo que destaca del libro es que se tomaron en cuenta algunas de las grandes aportaciones de los historiadores económicos para aplicarlas en el caso de México.

Una de ellas tiene que ver con la economía institucional, un sistema analítico que valora el papel de las instituciones (o de las reglas del juego) sobre la actividad económica.

—Lo que hicimos fue analizar varias instituciones formales e informales para ver cómo evolucionaron a lo largo del tiempo y cómo influyeron en el desenvolvimiento de la economía. Uno de los más grandes ejemplos sobre el impacto en la economía de una institución informal, dado que no necesariamente estaba sancionada por la ley, es el peonaje por deudas, que surgió durante la Colonia y que, a pesar de los cambios que se hicieron a las leyes en las constituciones de 1824 y de 1857, no se pudo erradicar. El peonaje por endeudamiento siguió existiendo hasta la constitución de 1917… Incluso después de ella. Esta institución informal generó una fran dificultad para organizar mercados de trabajo hres, en los que el trabajo se debería intercambiar por un salario; y el salario, a su vez, constituyera el precio de la productividad marginal del trabajo. Esta institución, que no se pudo transformar durante siglos, tuvo implicaciones muy graves sobre el proceso de modernización de la economía.

En el caso de México, dice la doctora Kuntz, el inicio de la modernización económica tuvo lugar a partir de las reformas liberales de mediados del siglo XIX. Entonces puede uno pensar que lo que en Inglaterra, por citar un caso, tomó tres siglos, del XV al XVIII (que fue el periodo que tardó en disolverse la sociedad feudal y en concretarse la modernización de las condiciones estructurales de la actividad económica), en México ser realizó en un periodo de 60 o 70 años: entre las reformas liberales y la Revolución, como una primera fase, y se completó durante y después de la Revolución. Eso explica un poco la violencia con que tuvo lugar el proceso, la violencia de las transformaciones que generaron tensiones sociales.

—Curiosamente, el porfiriato aparece como el primer gran intento por integrar la economía mexicana al mercado internacional…

—Sí, pero también por adoptar estándares de productividad y modernización, de creación de infraestructura, de creación de reglas de juego propicias para la inversión que estaban en boga en el mundo occidental. Ese es el primer momento en la historia del país en donde hay un proyecto económico exitoso: la economía crece por primera vez.

—Uno de los autores del libro plantea una hipótesis diferente al señalar que después de la Independencia hubo etapas de crecimiento.

—Sí, Ernest Sánchez Santiró dice que de 1810 a 1860 hubo, en efecto, etapas de estancamiento, pero también de expansión económica. Yo no suscribo esa visión, pues no hay indicadores suficientes para sostener que hubo crecimiento económico porque, como usted sabe, el crecimiento económico es un proceso acumulativo.

—Precisamente en este periodo las economías de Europa y Estados Unidos crecen de forma acelerada.

—Así es, incluso algunas economías latinoamericanas, al desprenderse de España, empiezan a crecer.

Mientras tanto, frente a éstas, la economía mexicana se rezaga. Este rezago fue costosísimo. Según un viejo artículo de John Coatsworth, en 1800 la economía mexicana representaba la tercera parte de la economía de Estados Unidos, mientras que en 1870 representaba apenas una décima parte. Eso nos refleja no sólo la medida en que Estados Unidos creció, sino la medida en la que México dejó de crecer. Seis décadas de pérdida neta frente al resto de las economías.

—¿Cuál es, para usted, una de las razones más importantes para conocer la historia económica de un país? —Formarse una idea de cómo ha sido el desarrollo de la economía en el largo plazo nos ayuda a entender lo que está pasando ahora y, por. lo tanto, a ver cuáles son las opciones para el futuro. El cambio en los modelos económicos no parte de que un día nos equivocamos y al siguiente ya estamos en el camino correcto.

No. Lo que podemos corroborar en esta Historia económica general de México es que no hay un modelo bueno frente a un modelo malo, y que tampoco existe modelo eterno que se vaya a imponer por encima de las condiciones históricas concretas. U

[tc]

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