Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/191/11
México, D.F., 22 de septiembre de 2011

• Espera terminar su biografía en cinco años más
• La violencia que ahora vive México pasará, dice el investigador

Eric Van Young, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Foto: AMC
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Conocer de cerca el pensamiento y los “procesos mentales” de Lucas Alamán, al que considera el más grande historiador mexicano del siglo XIX, llevó hace diez años al historiógrafo norteamericano Eric Van Young empezar una investigación que le permitiera construir una biografía “con una visión original y distinta” de este importante personaje de la historia de México, un político e ideólogo conservador que en la práctica se mostró moderno y progresista.

Van Young promete terminar este proyecto en unos cinco años más “porque aún tengo mucho que hacer. Quiero redactarlo con interés no sólo para historiadores sino para un público más amplio”, dijo uno de los más reconocidos científicos sociales experto en la Independencia de México.

Este investigador estadounidense fue recientemente homenajeado por El Colegio de San Luis con la realización del seminario “Más de tres décadas de escritura y enseñanzas de la Historia de México. Reflexiones sobre la labor académica de Eric Van Young”, que sirvió de marco para la presentación del último libro del investigador “Economía, política y cultural en la historia de México. Ensayos historiográficos, metodológicos y teóricos de tres décadas”, editado por el Colegio de San Luis, el Colegio de Michoacán y el Colegio de la Frontera Norte.

Van Young es un habitual visitante de nuestro país, donde ha ofrecido seminarios, cursos y conferencias que han influido en centros académicos de importancia en diversas instituciones, entre ellas el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la UNAM, la Universidad Iberoamericana, el Centro de Investigación y Estudios Sobre Antropología Social, y el Colegio de México.

“Llevo 25 años realizando estudios de la Independencia de México. Si una persona estudia esta época, digamos un académico, forzosamente tiene que leer a Alamán, quien para mí es el historiador más grande del siglo XIX”, comenta Van Young.

“Venía haciendo –agrega- una investigación sobre la historia de la psiquiatría en México con base en el fantástico archivo que todavía existe sobre La Castañeda, pero di un viraje y me enfoqué en una cuestión de interioridad o de saber cómo trabajan los procesos mentales de las personas. Decidí que a través de una biografía, con los elementos suficientes a la mano y con el interés de muchos años atrás sobre Alamán, fue que me lancé a la tarea de biografiarlo.”

Eric Van Young, cuya profusa bibliografía ha sido relevante para la regeneración de la ciencia histórica de una etapa importante de nuestro país y que con ella abrió espacios para nuevas discusiones, como ocurrió con su libro La otra rebelión (2001, FCE, 2006), escribe lo que será la segunda biografía de Lucas Alamán, luego que el historiador y escritor José Valadés publicara la primera en 1938.

El profesor de la Universidad de California en San Diego comenta que hasta cierto punto está desenterrando aspectos de la historia ya conocidos, pero lo hace con una revisión diferente, esto como consecuencia de la misma investigación y por el hecho de no ser mexicano, más bien desde una perspectiva norteamericana, que no es mejor sino distinta –precisa-, lo que le da cierta originalidad al proyecto.

Cuatro fueron los aspectos que llevaron al científico a escribir la biografía de Lucas Alamán: el primero, la obligada referencia histórica en la que se constituye el político mexicano; la segunda, la importancia del personaje en la política, industrialización y modernización del México del siglo XIX; tercero, su ambigüedad al ser un político conservador y en la práctica un progresista; y la cuarta –relacionada ésta al investigador–, por su tendencia a escudriñar tan profundo se pueda hasta llegar a comprender la manera en que piensan las personas objeto de su estudio, sean hacendados, indígenas, políticos o intelectuales.

Eric Van Young sostiene que como buena biografía se tiene que entender el contexto en el que vivía el biografiado, entonces su proyecto no sólo toca exclusivamente a Lucas Alamán, sino a su familia, aliados y enemigos políticos, así como los conflictos en los que tomó parte.

“No es una biografía colectiva, ni una historia política sino es una biografía con elementos psicológicos, económicos, sociales, políticos y culturales, si no fuera por su importancia en la vida pública del siglo XIX de México no me habría prestado a hacer este trabajo”, dice.

Subraya en este sentido que aunque le interesa la política como función del hombre y su historia de vida y no el hombre como función de la política –una distinción que tal vez pueda sonar bastante pedantica apunta– sostiene que para él esto es importante.

Su interés por la historia de México

Eric Van Young nació en Los Ángeles, en ese tiempo y más ahora –narra-, una ciudad mitad anglosajona y mitad mexicana. “Tenía en mi entorno una cultura chicana por eso estudié español en la secundaria. Cuando llegué a la universidad en Chicago y con la herramienta del lenguaje decidí estudiar Historia de Latinoamérica, muy lejos de mi transfondo personal, pues mi padre era austriaco, mi madre vino de Chicago y la orientación de ambos fue hacia la cultura europea; los dos artistas, pintores.

“Siempre me ha fascinado la historia de México, por ser vasta, violenta, trágica, triunfante, casi única. Es como un romance, me enganché a ella desde mis primeros días en la universidad, aunque soy más positivista, no soy un historiador romántico.

Eric Van Young, destacado miembro de la comunidad científica mexicana

Eric Van Young es una suerte de conciencia de México, fuera de México, fueron las palabras del investigador Antonio Ibarra Romero para describir la importancia del especialista estadounidense en el estudio de temas fundamentales del pasado mexicano, durante el ingreso del científico social como miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias, en el 2008.

Por su parte, Van Young indica que una de las aportaciones importantes que ha hecho al estudio de la historia en México es haber realizado una investigación sobre el sistema de hacienda y mercados urbanos en la región de Guadalajara, investigación citada por una buena cantidad de investigadores, así como haber provisto de una conceptualización de la regionalidad como un punto central y fuerte en la historia de México.

“A esas dos contribuciones le sumaría mi investigación sobre la Independencia de México de la cual no todos los historiadores mexicanos están de acuerdo, ha sido una obra bastante controvertida, pero mi punto central ha sido no derrumbar sino modificar la historia de bronce de todos esos héroes. Es una historia de los sectores populares en la etapa independentista mexicana”.

Añade que La otra rebelión entrará en su tercera impresión, “lo que quiere decir que ha sido atractivo al público”.

El valor del estudio de la historia

Para Eric Van Young el estudio de la historia tiene como valor ser la memoria de la humanidad, la memoria social y la memoria individual, porque “al final eso es lo que somos. Por supuesto su revisión y estudio nos sirve de guía para actuar en el presente, pero esa guía está muy lejos de ser infalible.

También tiene cierto valor al reconstruir las genealogías de los problemas, como los que ahora estamos viviendo o como los eventos que generan otros a gran escala. Por ejemplo, la Revolución de 1910 trató de resolver o estaban en juego factores que se habían generado en el movimiento de Independencia”.

La violencia que enfrenta México pasará

“En cuanto a la violencia que está experimentando el país –dice Van Young— y lo discuto con mis colegas mexicanos, es una violencia que me parece de otro tipo, tiene su aspecto político pero no lo veo como desintegración del Estado mexicano como en otros tiempos, ni como debilidad del Estado mexicano; lo veo como una elaboración política de una criminalidad de una amplitud casi no experimentada en otros momentos de la historia. Esto ha creado muchos problemas para la sociedad, para el Estado, para los procesos democráticos, pero vivimos en un mundo muy distinto de lo que se tenía hace un siglo.”

Sostiene que el país no puede sostener el nivel de violencia o criminalidad que experimenta “ni tampoco Estados Unidos, que tiene un problema económico que un día se mejora y otro día empeora, los niveles de desempleo que llega al 10% o más son niveles que van al doble o triple de lo normal y tampoco podremos sostenerlo, en México forzosamente tiene que pasar y espero que dé lugar a un México más democrático y estable”.