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MEXICANOS APORTAN CONOCIMIENTOS AL SECTOR DE RADIOFÁRMACOS

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/140/16
Ciudad de México, 21 de junio de 2016

  • La Unidad Radiofarmacia-ciclotrón de la Facultad de Medicina de la UNAM produce una amplia gama de radiofármacos; ningún otro centro en Latinoamérica tiene la cantidad de radiofármacos que este tiene disponibles y que se utilizan tanto en la parte clínica, en estudios con pacientes, como en la investigación, asegura su responsable Miguel A. Ávila.
El doctor Miguel Ángel Ávila Rodríguez, responsable de la Unidad Radiofarmacia­ciclotrón de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde se produce una amplia gama de radiofármacos.
El doctor Miguel Ángel Ávila Rodríguez, responsable de la Unidad Radiofarmacia­ciclotrón de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde se produce una amplia gama de radiofármacos.
Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes.
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Los radiofármacos son compuestos que han adquirido importancia en la práctica clínica por su aplicación en diagnósticos, así como para usos terapéuticos. Desde el punto de vista diagnóstico, la radiación emitida por estos se utiliza para medir su distribución en un compartimento biológico, como indicador de una función fisiológica, o para obtener una imagen de la acumulación del radiofármaco en algún órgano, lo que permite determinar su función.

“En la actualidad se puede decir que los radiofármacos son de uso cotidiano. En la Facultad de Medicina de la UNAM recibimos en el año 200 el ciclotrón, la tecnología para producirlos. Fuimos los primeros en México en contar con una Unidad de Tomografía por Emisión de Positrones (PET, por sus siglas en inglés), desde entonces producimos todos los días radiofármacos”.

Los radiofármacos o radionúclidos son productos radiactivos que tienen una vida media corta y limitada, de minutos u horas, por ello se necesitan producir prácticamente cuando se nos solicitan”, destacó en entrevista Miguel Ángel Ávila Rodríguez, responsable de la Unidad Radiofarmacia-ciclotrón de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Esta Unidad produce una amplia gama de radiofármacos, de hecho, aseguró Ávila Rodríguez, ningún otro centro en Latinoamérica tiene la cantidad de radiofármacos que este tiene disponibles y que se utilizan tanto en la parte clínica, en estudios con pacientes, como en la investigación que se realiza en la FM.

Cantidad de radiofármacos
La Unidad Radiofarmacia-ciclotrón genera 20 diferentes radiofármacos. El que más se utiliza es Fluordesoxiglucosa (FDG) marcada con flúor 18 (F-18), el cual permite evaluar la tasa de consumo de glucosa celular y se usa principalmente en estudios oncológicos. Se trata de un radiofármaco de importancia porque se utiliza para aproximadamente el 90% de los estudios PET que se realizan en el mundo, aunque existen otros radiofármacos que proporcionan información mucho más específica y con los cuales se pueden estudiar otro tipo de enfermedades.

Ávila indicó que la mayoría de los estudios que se llevan a cabo es en el área de oncología. “El FDG básicamente lo que estudia es únicamente el metabolismo de la glucosa y su relación con los tumores, porque la glucosa es el combustible que utilizan las células para seguir funcionando y cuando hay un tumor se da una captación incrementada, en este caso del FDG, porque las células al estarse reproduciendo sin control ocupan más energía; este el principio por el cual se utiliza este radiofármacos en oncología”.

Precisó que aunque se tenga evidencia de captación de glucosa esto no significa necesariamente que existe un tumor, puede haber otros procesos fisiológicos como son inflamación o infección, por ejemplo, y que también requieren glucosa, y el FDG no puede distinguir entre ellos, “es ahí donde entran en juego los otros radiofármacos que tenemos para oncología, que nos dan información complementaria a la que nos proporciona FDG”.

Con su equipo, el especialista ha producido otros radiofármacos que dan información aún más específica de la proliferación celular y con ello es posible estudiar otros procesos relacionados con el cáncer como puede ser hipoxia, baja concentración de oxígeno, angiogénesis y apoptosis.

Algunos logros
El investigador egresado de la maestría en física médica de la UNAM y quien obtuvo el doctorado en la misma especialidad por la Universidad de Wisconsin-Madison, ha estado trabajado en la producción de radionúclidos con vida más larga, ya que radionúclidos convencionales, por ejemplo el F-18, tiene una vida media de 110 minutos.

“Cuando se quiere estudiar un proceso fisiológico más lento o se necesita seguir una molécula por más tiempo, es entonces cuando se ocupa un radionúclido de vida media más larga, inclusive por días, y esa es la ventaja que hemos conseguido frente a los radionúclidos convencionales”, sostuvo el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

Para esta investigación, que inicialmente consistió en implementar la producción y ahora se ha avanzado a la etapa de su utilización, se usan básicamente radionúclidos metálicos. “En la actualidad se usan para investigación preclínica en animales, pero tenemos la ventaja de tener en la Facultad de Medicina un MicroPET, equipo como el que se utiliza en humanos, pero en miniatura, para hacer estudios en ratas y ratones y normalmente es muy útil porque se puede hacer toda la investigación preclínica y creemos que estamos ya muy cerca de empezar de utilizarlos en humanos”.

Estos radionúclidos metálicos de vida media más larga servirán para marcar anticuerpos monoclonales que tienen una farmacocinética lenta y que necesitan de un radionúclido con una vida más larga para poder seguirlo. De manera particular, uno que ha despertado mucho interés a nivel mundial es el radionúclido cobre 64, el cual tiene una vida de 12.7 horas, pero su potencial es que no sólo sirve para diagnóstico, sino también para terapia contra cáncer, en su forma química de cloruro de cobre, sin ninguna molécula marcada. Este trabajo hace que el grupo del doctor Ávila Rodríguez sea el único en el país que realiza investigación en radiofármacos para PET en la UNAM.

Hoy, el investigador está impulsando fuerte la posibilidad de adquirir un ciclotrón de más alta energía que permita producir otros radionúclidos que hasta ahora no se pueden producir en el país, incluido el tecnecio 99 metaestable, que semanalmente se utiliza para una importante cantidad de estudios de medicina nuclear convencional en México, y para el cual existe un problema de desabasto mundial debido a que los reactores nucleares donde actualmente se produce su precursor, el molibdeno 99, han rebasado su vida útil.

“El principal reto es el financiamiento. Tenemos la capacidad de recursos humanos para implementar este proyecto, pero se requiere una inversión cercana a los 20 millones de dólares para adquirirlo, instalarlo y ponerlo en operación, por eso estamos buscando las posibles fuentes de financiamiento”.

Elizabeth Ruiz Jaimes.

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