Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/170/11
México, D.F., 12 de agosto de 2011

• Dulce María Milán y Ángel Cortés llevan a cabo su estancia con el ministro José Ramón Cossío
• Los jóvenes reconocen el impacto de esta experiencia y desean continuar con estudios de posgrado al afirmar “esto es lo mío”

Ángel Cortés, Dulce María Milán y el Ministro José Ramón Cossío.
Foto: AMC
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Como miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) estimo como una obligación social ayudar a la formación de recursos humanos y a los jóvenes para que sigan una vida académica en posgrados, asegura el Dr. José Ramón Cossío Díaz, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

“Vemos en los números del SNI que sigue habiendo una cifra de doctores y maestros sensiblemente bajo comparada con otros países y en el área de Ciencias Sociales todavía más”, añade el investigador, quien recibió este año a dos becarios del programa Verano de la Investigación Científica de la AMC.

Cossío Díaz se dice convencido de la obligación que tiene un maestro de impulsar a la mayor cantidad de estudiantes para que salgan del país o de sus estados para adquirir nuevos conocimientos y experiencias y regresen con un sentido más crítico.

Tras 11 años de colaborar con el Verano de la Investigación Científica (VIC), tiempo en el que ha recibido alrededor de una decena de universitarios en el marco de este programa, Cossío Díaz comenta que los alumnos que realizan una estancia de investigación tienen la oportunidad de conversar con otras personas, leer otros textos y entender otros problemas del Derecho distintos a los que tradicionalmente observan en su lugar de origen.

“A lo mejor algunos de ellos se convencen de seguir una vocación académica, porque el programa está enfocado para que las personas trabajen al lado de académicos. Yo en este momento soy ministro de la Corte, pero lo dejaré de ser en ocho años más, y me parece que lo importante es que los estudiantes se establezcan y tengan esas experiencias”, sostiene uno de los más reconocidos exponentes del Derecho Constitucional en el país.

El Dr. José Ramón Cossío Díaz, quien es miembro de la AMC desde 1994, añade que la movilidad académica que exige el VIC es un acierto en un sistema “tan centralizado que sigue teniendo el país” y permite a los jóvenes la posibilidad de constituir redes que al final los podrán llevar a terminar o seguir sus estudios en el extranjero o fuera de sus estados de origen.

En el caso de los becarios del VIC que realizan su estancia en la Suprema Corte y colaboran con él y su equipo de trabajo, el ministro Cossío afirma que el hecho de que estos jóvenes lleguen a la Corte y vean a muchos abogados de varias especialidades en medio de una gran actividad, trabajando en muy diversos temas, constituye una gran ventaja que coadyuva a su formación profesional.

“Por ejemplo, Dulce Milán y Ángel Cortés, los estudiantes que ahora hacen su estancia conmigo, han estado asistiendo al Pleno viendo cómo se construye el Derecho; hablan con los secretarios de Estudio y Cuenta, y leen proyectos; mientras la Corte estuvo en receso –por vacaciones- ellos fueron a la biblioteca y realizaron otras prácticas”,

Para el Dr. Cossío Díaz mantener contacto con los estudiantes más allá de las semanas de estancia lo hace sentir contento al estar contribuyendo –menciona-, a la formación de lo que se espera sean los nuevos recursos humanos en las áreas de investigación.
El contacto que establece con los jóvenes lo considera no sólo un beneficio para el alumno, sino también para el investigador, pues en su caso –precisa- le permite conocer de primera mano cuáles son las preocupaciones de las generaciones actuales, lo que le da la posibilidad de actualizarse.

“Uno puede percatarse dónde están sus déficits a partir de las inquietudes de los jóvenes que vienen a hacer el Verano, como en un salón de clases. Te das cuenta que los alumnos van cambiando de intereses año con año, o al menos generacionalmente o un cierto ciclo, por lo que creo que lo que uno debe hacer como profesor es actualizarse para estar en capacidad de contestar con la finalidad de generar nuevas reflexiones en los temas que se están planteando”, explica el ministro.

Dulce María Milán Rodríguez y Ángel Cortés Gregorio, estudiantes de la carrera de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán y de la Universidad Autónoma de Sinaloa, respectivamente, son los dos becarios que a través del XXI Verano de la Investigación Científica realizan una estancia de investigación en el grupo de trabajo del ministro José Ramón Cossío Díaz.

Los dos se muestran felices y dicen sentirse emocionados con su estancia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “Tener la oportunidad de asistir lunes, martes y jueves al Pleno, que es algo que yo veía por televisión o vía internet y ahora estar presente y ver a los ministros en sesión es algo inigualable”, menciona Dulce.

El VIC –agrega- es una experiencia y nos brinda la oportunidad de darnos cuenta de lo que realmente queremos, de abrirnos camino en la vida profesional, de conocer a otras personas, porque independientemente del aprendizaje y de adquirir más conocimientos, uno se hace de relaciones, de amistades, de compañeros y es algo que nutre mucho la propia cultura que se trae. Definitivamente ha sido un parteaguas en mi vida.

Dulce María manifiesta su reconocimiento a su investigador anfitrión. “Es un gesto muy grande del ministro recibirnos. Admiro su generosidad y sencillez hacia nosotros. Nos abrió las puertas de la Corte y nos ha dado muy buenos consejos, seguramente por su natural capacidad para la docencia y su experiencia en el trato con alumnos. Además es una eminencia”.

Esta joven yucateca fue invitada por el ministro a inscribirse a la convocatoria del Verano de la Investigación tras escuchar de ella, luego de una conferencia que dictó en Mérida, “una pregunta muy bien estructurada y muy inteligente”, recordaría el propio Cossío Díaz, quien pidió a la Universidad Autónoma de Yucatán la impulsara a participar en el programa de la AMC para hacer su estancia en la Corte“ Dulce María respondió a la convocatoria y después del periodo de evaluación y selección, obtuvo la beca correspondiente.

Dulce María en su actual estancia realiza un análisis sobre la Reforma Constitucional de los Derechos Humanos (publicada el pasado 10 de junio) enfocada a los tratados internacionales.

Ángel Cortés, en tanto, trabaja en el tema Procedencia del juicio de amparo en el nuevo sistema acusatorio en México, “un tema que me encanta, pues lo penal es lo mío”, y esto lo confirmó luego de una inesperada y al final fructífera práctica que tuvo a la mitad de la estancia de investigación en la que laboró durante dos semanas en el Reclusorio Oriente.

Nunca había ido a una prisión –asegura el joven-, me asignaron una oficina para checar expedientes, observar cómo se lleva a cabo el proceso de los juicios. Incluso estando allá se me dio un caso para que diera mi punto de vista. Asistí a diligencias en casos de extradición, lo cual para mí resultó impresionante; también estuve en el interior de reclusorio varonil y ahí sí me dio bastante miedo, no quería entrar y fui con la fiscal para decirle que nunca había entrado y que eso sólo lo había visto en las películas, al final entré y vi cómo se lleva el registro de personas detenidas. Tuve una segunda práctica dentro de la estancia, lo cual fue muy bueno”.

En su opinión, el VIC es importante porque motiva a muchos estudiantes y “yo formo parte de ese grupo y ahora esta motivación me confirma que quiero hacer una maestría, seguir en el posgrado y especializarme en juicios penales”.

Cuando conocí al Dr. Cossío Díaz un poco más de cerca en un desayuno al que él mismo nos invitó -a Dulce María y a mí- me dejó impresionado, nos hizo sentir en confianza porque habló con nosotros como si fuera un amigo, no había esa barrera de que ´yo soy el ministro y ustedes los alumnos´. . . y estar frente a una persona que sabe muchísimo me impulsó a echarle ganas a mi carrera, a superarme y decirme: quiero ser como él.